Un manera especial de salir de la empresa
El globo aerostático es solo una envoltura flexible al principio. Primero se extiende en el aparcamiento de las instalaciones de la empresa de Blaser Swisslube. Peter Blaser sitúa la cesta junto con dos ayudantes, coloca cuatro botellas de gas y fija dos ventiladores, que llenan la envoltura con aire. Solo cinco minutos después, el globo aerostático blanco y azul despega.
Peter Blaser, al que a partir de ahora llamaremos Peter a secas, porque le gusta que lo tuteen en el aire, controla el globo sobre Hasle-Rüegsau. Lo hace con una mano en la válvula de gas, con la que introduce potentes llamaradas siseantes dentro del globo, con la otra mano usa una correa roja, con la cual abre en las aletas de tela en la parte superior del globo para soltar el aire.
«¿Cuál es el destino del viaje?», preguntamos.
«Sabemos de donde partimos», dice Peter, «pero nunca se sabe al 100 % donde aterrizarás cuando vas en globo aerostático».
Puede que sea cierto. Sin embargo, uno tiene la impresión de que Peter Blaser sabe exactamente dónde aterrizará. El hombre que hizo de la empresa lo que es hoy, y de la que aún es presidente, ha estudiado cuidadosamente el clima durante más de 35 años al frente de Blaser Swisslube. Después de todo, ninguna empresa pasa simplemente de ser un proveedor de lubricantes en Suiza, a ser un productor mundial de fluidos de corte, con ventas en mas de 60 países.
«¿Y cuánto dura el viaje?», preguntamos, aunque sospechamos la respuesta. «Alrededor de una hora, pero eso también puede salir de manera bastante diferente».
El globo aerostático se desliza a pocos metros por encima de los techos de los pasillos de la fábrica, una vista panorámica de la compañía. Si no fuera pluricampeón suizo y subcampeón europeo el que pilota, uno se temería lo peor. La mayoría de los habitantes del pueblo todavía duermen, solo ladra algún perro, sorprendido por el sonido de las llamas siseantes del gas. Peter estimula ahora las esferas superiores y comienza a jugar con el viento.
Peter ahora pilota nuestra nave a 2,000 metros de altitud. El sol de la mañana baña los Alpes Suizos cubiertos de nieve con su luz dorada. El mundo es un paisaje de juguete desde aquí, y es fácil imaginarse a Peter haciendo nuevos planes para la expansión, dada la fantástica vista de lo atractivamente desconocido.
Después de exactamente una hora, los vientos medios y altos han llevado el globo de vuelta hacia Hasle-Rüegsau trazando un amplio arco y Peter aterriza exactamente en el punto desde el cual despegamos. ¿Qué dice el creador de la compañía, el igualmente entusiasta piloto de globos y actual CEO, Marc Blaser? «Nunca prometer demasiado, pero ofrecer más, y nunca perder la visión de conjunto».