La crónica: una historia familiar desde 1936
En 1936 Willy Blaser colocó la primera piedra. Desempleado a los veinte años, usando una estufa de petróleo y una cacerola en el sótano de la casa de sus padres, logro desarrollar su primer producto exitoso, la Blaha-Glanz la cual era una grasa lustradora de zapatos repelente al agua – un invento muy útil que no existía en aquel entonces. Willy Blaser comenzó la venta usando una bicicleta con remolque, visitando las granjas a su alrededor en la zona de Emmental.
El primer edificio de la empresa con oficina, con área de envíos y un laboratorio en Hasle-Rüegsau. Poco después, la contratación de su primer Químico llenó de orgullo al fundador de la compañía.
Junto con sus hermanos Hans y Werner, Willy Blaser convirtió la compañía en un fabricante especializado en limpieza, cuidado y lubricantes durante época de la industrialización en Europa.
La sustentabilidad también se tuvo en cuenta durante los primeros proyectos de construcción y se sentaron las bases para que la empresa creciera de acuerdo con las necesidades.
El hijo mayor de Willy, Peter, se unió al negocio familiar en 1973 justo cuando estalló la crisis mundial del petróleo. Durante esos tiempos difíciles, demostró ser un visionario. Rápidamente se dio cuenta de que si quería posicionar a la empresa internacionalmente, tendría que invertir en el desarrollo de fluidos de corte para la industria metalmecánica.
La primera filial de Blaser se fundó en 1986 cerca de la ciudad de Nueva York, en los EE. UU, contando con su propia planta de producción. Posteriormente se instalaron otras filiales en Brasil, China, Alemania, Francia, India, Japón, Corea, Singapur, Taiwán, Tailandia, República Checa y Turquía.
Blaser + Co AG se convierte en Blaser Swisslube AG. Ese mismo año, la compañía recibió el certificado de calidad ISO-9001.
Peter Blaser pone la empresa en manos de Marc Blaser: la tercera generación toma las riendas. Peter Blaser permanece asociado a la compañía como presidente del Consejo de Administración.